La abuela se aclaró la voz por segunda vez y comenzó:
-En la vieja ermita vivía una niña con su abuelo. Ésta no era una niña normal, ya que no había ido al colegio en toda su vida. Pero no sólo por eso sino porque tenía un don especial. -mientras tanto, Juan intentaba imaginarse a la chica.-Tenía la capacidad de adivinar los pensamientos de las personas. Cuando el abuelo murió, a ella la querían llevar a un colegio internado; pero a los días desapareció. Concretamente en una noche oscura y pálida. Con unos ruidos tan raros que nadie sabía de dónde salían. Unos pensaron que murió de tristeza, otros; que se escapó. Pero la realidad es que el demonio le robó el don para dominar el mundo; con un ingenioso plan que no resultó al fin y al cabo. Y la chica aún prosigue allí. Unas chicas intentaron entrar…y murieron…también unos chicos….-la abuela continuó aunque Juan se hubiera dormido.
Se dio un golpe en la cabeza y se despertó. -¿Qué raro?-pensó.-Bueno, lo único que sé es que llamaré a mis amigos y nos iremos a la ermita dijo.-para investigar.
Clara, Humberto y Juan llegaron a la ermita de noche .Atravesaron bosques tenebrosos, lagos de fango, llanura extensas,…Mientras; ángel; que había escuchado toda la conversación de su hermano, había decidido gastarle una gran broma juntos con sus amigos. Se harían pasar por el demonio malvado y la niña aprisionada.
Cogieron cuerdas, máscaras, telas oscuras, arañas de goma,…todo lo necesario para una casa del terror. Y lo organizaron todo.
-Yo iré en mi coche con Jaime y Fran, nos adelantaremos y prepararemos todo.-dijo Ángel a sus amigos.
-Nati y yo nos iremos disfrazando, ¿vale? Nati de la niña y yo del demonio.-dijo Mª Teresa.
-De acuerdo allí nos vemos.-contestó Jaime con cara de tonto; porque a él le gustaba María Teresa.
Se hizo la noche y fue muy cerrada. Sin estrellas que brillaran brillantemente.
Durante todo el camino Humberto se comió cinco bocadillos de lomo y ocho chocolatinas. Clara empezó a pasar frío y Juan le prestó su chaqueta como un buen amigo. Clara se sonrojó porque Juan le había pasado el brazo por encima del hombro.
Entraron y buscaron por todas partes no encontraron nada salvo arañas, polvo, telas de arañas,…etc. Estaban a punto de irse cuando oyeron:
-Mmm…Agggg...mmm…
Clara y Humberto se agarraron a Juan, mientras éste, permanecía quieto, ya que, del miedo que tenía no podía moverse. Aunque la voz tenebrosa seguía diciendo:
-Devolvédme mi don, ¡devolvédmelo!... ¡Uhhh!-se oyó un chirrido de una puerta y la niña desapareció.
Los tres querían salir de allí rápidamente, aunque cuando llegaron a la puerta de salida principal, ¡estaba cerrada! Empezaron a chillar y llorar. En aquel momento llegaron Ángel y sus amigos riéndose. Les explicaron a los niños lo ocurrido. Cuando se iban a marchar, Nati saco la llave del bolsillo hondo y metió la llave en la puerta, pero ésta no abría. Todos se asustaron, pero aún más cuando se oyó:
-Agggg…mmm…devuélvemelo…dámelo…mi don…mmm…
Todos echaron a correr y Juan se cayó y se golpeo la cabeza de nuevo. Al despertar todo lo veía negro, excepto una sombra que aparento ser la figura del demonio malvado y cruel.
Al abrir los ojos, su abuela ya le tenía preparada la cena. Él dijo:
-¿Y la niña, y Ángel, Jaime, Fran…? ¿Clara, Humberto; y esa sombra qué era? ¿Dónde está la ermita? ¿Y aquella voz? ¿Por qué me duele la cabeza tanto?...
Tantas preguntas sin repuesta. Sólo una ¿un sueño? No imposible. Era todo muy real. ¿Había sido su imaginación? Aunque sólo había una clave, en sus manos tenía una llave. La llave de la ermita que se la dio Nati. Bueno, en realidad la cogió de la puerta, pero, ¿cómo había ido a parar esa llave a su mano? Él miró a su abuela desconcertado y su abuela le respondió con una sonrisa.
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