miércoles, 24 de marzo de 2010

"La llave mágica", de Miguel Roldán, 2º ESO F

A un comerciante emprendedor, que se dirigía al notario para ver los papeles de su comercio, al atravesar un mercado bullicioso le robaron la cartera en la que llevaba los papeles del comercio. Fue una asaltadora de caminos que se refugió en una cabaña del bosque, lo malo era que había muchas cabañas y todas parecían iguales.

Mientras volvía a su casa sin la cartera, oyó hablar a unos vendedores de una llave mágica que abría todas las puertas. Rápido se dirigió a una biblioteca cercana, y en un libro sobre objetos mágicos vio que era cierto y que se hallaba en una cueva cercana al río Amazonas, llamada la Cueva del Mono Bailón.

Para poder conseguir la llave tenía que pasar las siguientes pruebas:
El salto de la liana, el pasillo de las lanzas, la boca del mono, la sala de arena y la lucha contra un gorila amazónico. Para ello necesitaba la ayuda del guardián de la cueva, que era un mono, pero no un mono cualquiera, un mono con poderes místicos.

Cuando hubo comprado el billete, se puso rumbo a la cueva del Mono Bailón. Cuando llegó buscó al mono por toda la selva y no lo encontraba, luego lo reconocío por la marca que tenía en el rabo, y estaba durmiendo en un árbol. Le contó lo que le había pasado y el mono le quiso ayudar, porque podía hablar y comprendió todo lo que el comerciante le dijo. Se pusieron en marcha a la cueva y cuando llegaron a la entrada el mono pronunció un extraño código en otro idioma, supongo que era el de los monos. De repente se abrió una puerta en forma de un mono bailando y con unas extrañas ropas. Pasaron por un gran pasillo que desembocaba en una gran sala con un agujero enorme y del centro colgaba una corta liana, ahí estaba la primera prueba y una de las más peligrosas, debido a las estacas que había en el fondo del agujero. El mono saltó y cruzó sin problemas, pero al comerciante, que estaba rechoncho al saltar y agarrarse a la liana se le escurrió la mano y casi se cae, pero con un impulso de sus piernas logró cruzar hasta el otro lado mientras el mono se reía de el, porque estaba tan gordo que casi se cae.

Cuando llegaron a la segunda prueba, había un pasillo con estatuas de monos con la boca abierta y diferentes poses de baile. El mono le explicó la prueba al comerciante y para asegurarse de si el comerciante lo había entendido el mono cogió un plátano y lo lanzó al pasillo, al instante las estatuas escupieron varias lanzas y atravesaron el plátano por completo, y el comerciante se quedó alucinado.
Primero pasó el mono. Luego pasó el comerciante, que como estaba tan gordo, iba tan lento que si no lo atraviesan las lanzas fue de milagro. Cuando llegaron a la tercera prueba, era una sala con un dibujo de la cabeza de un mono con la boca abierta dibujado en el suelo. El mono lanzó una cáscara de plátano sobre las piedras que formaban la boca del mono, inmediatamente la piedra sobre la que cayó la cáscara del plátano se cayó dejando, un pequeño agujero. El mono que cruzó primero de dos saltos llegó al otro lado, el comerciante esta vez no corrió riesgo, se dio prisa y llegó sano y salvo.

Ya casi habían llegado hasta la llave, pero aún faltaban dos pruebas. Cuando llegaron a la cuarta prueba, había cabezas de monos pegadas a la pared, en cuanto pisaron el suelo de la sala, la entrada y la salida de la habitación se cerraron y las cabezas de los monos empezaron a echar arena por los ojos. Tenían que encontrar la salida secreta antes de que murieran asfixiados. La salida secreta estaba cerca de una de las cabezas de mono. Cuando consiguieron salir se dirigieron a la última y la más difícil de las pruebas, luchar contra un gorila amazónico. Llegaron a la habitación y frente a ellos había una gran puerta con un dibujo del gorila con el que se iban a enfrentar. El comerciante al ver ese dibujo se puso tan pálido, que no se distinguía entre él y la leche. Una vez recuperado, el mono pronunció el mismo código de antes, de pronto se abrió la puerta y no se escuchó nada más que el terrorífico rugido del gorila aproximándose rápidamente con ansias de sangre y muerte, al que osaba enfrentarse contra él. El comerciante no podía tenerse en píe del miedo, y cuando vio aquella bestia tan grande y tan peligrosa, un escalofrío recorrió su espalda, el corazón se le subió a la garganta y si el pelo no se le cayó creo que fue un milagro.

Cuando estaban listos para luchar, el mono le entregó al comerciante una especie de lanza de piedra, y le dijo que el punto débil del gorila eran los ojos. Después de luchar un buen rato, el comerciante estaba muy cansado y el gorila de un zarpazo casi lo devora. Pensó en lo que el mono le dijo y, de repente el comerciante cogió un puñado de arena y se lo lanzó al gorila en los ojos, el simio empezó a rugir tan fuerte que parecía que el techo se iba a derrumbar, asestó diferentes golpes al aire y se rascaba con fuerza los ojos. El comerciante rápido atravesó con la lanza el pecho del gorila, el simio de pronto se desplomó en el suelo mientras un gran charco de sangre bañaba las botas del comerciante.

Pasaron a otra sala diferente, donde había un altar decorado con plantas exóticas y adornos de oro y plata, en el centro de ese altar estaba el objeto que necesitaba para poder encontrar su cartera, el objeto era la llave mágica estaba hecha de oro con incrustaciones de diamantes y gemas. Cuando cogieron la llave, la cueva empezó a derrumbarse, el mono y el comerciante salieron a correr tan rápido que pasaron diez minutos y ya estaban fuera de la cueva cuando el mono le dijo que quería ir con el a su país. El comerciante aceptó y cogieron el primer avión para ir al Congo.


Una vez allí se dirigieron al bosque donde se refugiaba la asaltadora de caminos, empezaron a abrir las puertas de las cabañas y cuando abrieron algunas encontraron a la asaltadora de caminos con la cartera del comerciante en la mano. La mujer quiso escapar por la ventana y lo consiguió pero el mono la siguió hasta un lago cercano a la cabaña, y justo cuando la mujer se iba a escapar el mono se abalanzó sobre ella haciéndola tropezar. El comerciante recuperó la cartera con los papeles del comercio y a la asaltadora le dieron sentencia. El comerciante al día siguiente abrió su nuevo comercio como cerrajero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario